Hay miradas que se esconden detrás de tus
pensamientos
y los empujan a hacer nudismo.
Otras llevan pintura de guerra,
pero solo es un disfraz de carnaval.
Algunas miradas no se han duchado desde
que nacieron
y no piensan hacerlo nunca.
Existen las miradas Torquemada
con autoridad para perdonarte hasta el
último de los pecados.
Hay algunas que son futurólogas
y te dejan incluso ver lo que todavía no
existe.
Muchas de ellas serpentean tratando de
ser verdad
cuando en realidad son mentira.
En algunos ojos intentan descansar
miradas
que desearían encontrar la paz en cuencas
cerradas para siempre.
Y luego está tu mirada.
Una mirada que al mismo tiempo es nueva y
es vieja.
Como lo es cada día, el sol.